Algunos apuntes sobre el film de Miguel Littin El Chacal de Nahueltoro (1969), en relación a las teorías del sujeto popular chileno.
El devenir del chacal cruza y se pliega en todo un momento histórico, sin embargo es más que una migración campo-ciudad, como nuestros sociólogos y teóricos de lo social y la cultura nos han hecho creer, es decir, nos han hecho pensar que la única figura nómade y migratoria sería aquella de ir del campo a la ciudad, en busca de “expectativas” modernizadoras. El devenir del chacal, el ir-se del chacal, es sin motivos, ni intención; es una huida de un aparente núcleo familiar: el ir del chacal es hacer una travesía, una migración, lindar una línea de fuga nómade. El aparente núcleo familiar que decíamos en lo que respecta al chacal, no se puede pensar como un núcleo indisociable, porque pensar en el núcleo familiar es claramente traer las categorías sacras de lo que entendemos por familia, como núcleo básico de una sociedad moderna, como punto de partida de cualquier experiencia. El chacal no parte su experiencia desde ahí, porque su experiencia es dispersa, no tiene una fundación, no es genealógica; la familia no como algo sustentable, no como un núcleo primario. Pues el mismo chacal no se acordaba del nombre de su hermano menor, y ni siquiera de su propio nombre , y su madre era más objeto de leyenda que de realidad. Era alguien que el nombre propio no le calzaba, su misma actitud nómade lo hacía quizás perder su propiedad y su mismidad. Por esta razón hay una relación de extrañamiento con ese particular otro, que significa el gañan, el vagabundo en un sentido urbano. Podríamos decir entonces que cualquier tipo de acercamiento al otro (el chacal, el gañan, el campesino, etc) siempre es en tanto este otro tiene categorías innombrables, inclasificables e indefinibles; no existiría ningún momento en común, ninguna sustancia que podría aglutinar algún sentido entre el otro y el mismo, ninguna “humanidad” posible de acercamiento; el acercamiento al otro siempre es con una palabra violenta que designa y significa: la palabra es como la espada.
El Chacal de Nahueltoro ha sido fuente de inspiración para la ya célebre teoría social-histórica, sobre el sujeto popular chileno. Historias del desarraigo, del abandono, de aquello que no tenía nombre, que no estaba registrada en la “Historia”, aquello que no tenía palabra. Podríamos pensar que el Chacal “representa” a una clase, a un “tipo” de personas, a un momento histórico, sin embargo sentimos que pensar en ese “momento”, en ese “tipo” de personas, es darle una palabra que no debía tener, darle historia, escribir y hablar por. El desarraigo no es propiedad exclusiva de lo popular como algunos historiadores chilenos creen, el desarraigo puede ser propiedad del hijo de un latifundista, o de un empresario moderno en líneas de fugas constantes. El Chacal de Nahueltoro es un desarraigado no por ser un “sujeto popular”, sino por un constante devenir-animal que es producido por ciertas intensidades, ciertos afectos, que a su vez entran en relación con todo un campo social e histórico en el cual estaría involucrado. La tesis del “sujeto popular” es poner un trascendental en donde circunda la pura inmanencia.
Las teorías sobre el peón-gañan guardan un residuo edípico, en tanto este se consolidaría en el desarraigo, que es sobre todo de la figura materna y de la familia. El desarraigo que adquiriría el peón-gañan como sustancia, sólo sería al ser huacho, al abandonarse a su estructura familiar. Sin embargo creemos que pensar la figura del desarraigo, sólo desde la perspectiva de que es una huída del núcleo familiar, y particularmente desde la madre, es pensar al gañan, al campesino-nómade bajo estructuras meramente occidentales y antropológicas. Primero, pensar a la familia como núcleo estable, y al haber focos de inestabilidad propician un desarraigo; segundo, pensar que la carencia del padre, den la posibilidad para pensar en un hijo afectado en busca errante de otros padres que suplan la carencia. De esta forma, el ir y venir del chacal, su paseo esquizo-nómade, se nos hace visible de esa forma solamente en el momento en que creemos que las categorías de lo anormal/normal, irrazonable/razonable, adquieren estatus de verdad inalterable. La figura del gañan es la del nómade sureño, figura totalmente al margen de los procesos modernizadores del Chile de fines del XIX y principios del XX, este no escatimaba en ser un nómade, sin trabajo estable que vagabundeaba siempre dueño de una borrachera eterna. El intento de apropiación de esta figura es en el momento que lo pensamos en términos de “sujeto” o de lo “popular”; el Chacal de Nahueltoro siempre estuvo más cercano a un animal que a un sujeto, o que a un rostro humano.
El Chacal de Nahueltoro ha sido fuente de inspiración para la ya célebre teoría social-histórica, sobre el sujeto popular chileno. Historias del desarraigo, del abandono, de aquello que no tenía nombre, que no estaba registrada en la “Historia”, aquello que no tenía palabra. Podríamos pensar que el Chacal “representa” a una clase, a un “tipo” de personas, a un momento histórico, sin embargo sentimos que pensar en ese “momento”, en ese “tipo” de personas, es darle una palabra que no debía tener, darle historia, escribir y hablar por. El desarraigo no es propiedad exclusiva de lo popular como algunos historiadores chilenos creen, el desarraigo puede ser propiedad del hijo de un latifundista, o de un empresario moderno en líneas de fugas constantes. El Chacal de Nahueltoro es un desarraigado no por ser un “sujeto popular”, sino por un constante devenir-animal que es producido por ciertas intensidades, ciertos afectos, que a su vez entran en relación con todo un campo social e histórico en el cual estaría involucrado. La tesis del “sujeto popular” es poner un trascendental en donde circunda la pura inmanencia.
Las teorías sobre el peón-gañan guardan un residuo edípico, en tanto este se consolidaría en el desarraigo, que es sobre todo de la figura materna y de la familia. El desarraigo que adquiriría el peón-gañan como sustancia, sólo sería al ser huacho, al abandonarse a su estructura familiar. Sin embargo creemos que pensar la figura del desarraigo, sólo desde la perspectiva de que es una huída del núcleo familiar, y particularmente desde la madre, es pensar al gañan, al campesino-nómade bajo estructuras meramente occidentales y antropológicas. Primero, pensar a la familia como núcleo estable, y al haber focos de inestabilidad propician un desarraigo; segundo, pensar que la carencia del padre, den la posibilidad para pensar en un hijo afectado en busca errante de otros padres que suplan la carencia. De esta forma, el ir y venir del chacal, su paseo esquizo-nómade, se nos hace visible de esa forma solamente en el momento en que creemos que las categorías de lo anormal/normal, irrazonable/razonable, adquieren estatus de verdad inalterable. La figura del gañan es la del nómade sureño, figura totalmente al margen de los procesos modernizadores del Chile de fines del XIX y principios del XX, este no escatimaba en ser un nómade, sin trabajo estable que vagabundeaba siempre dueño de una borrachera eterna. El intento de apropiación de esta figura es en el momento que lo pensamos en términos de “sujeto” o de lo “popular”; el Chacal de Nahueltoro siempre estuvo más cercano a un animal que a un sujeto, o que a un rostro humano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario