01-04-09

Radiohead: 26 de marzo (Santiago-Chile)




Han pasado varios días desde el concierto de Radiohead. Es extraño que aún no me puedo sacar el timbre de voz de Thom Yorke, ni las imágenes hipnóticas proyectadas, ni mucho menos la vivencia completa e irrepetible. Es que ver en vivo a Radiohead fue un acontecimiento, mi vida la semana pasada no fue sino pensar que quedaban cada vez menos horas para el recital. Era harto rato esperando a que tocaran, era el concierto que siempre quise que sucediera, antes que ellos se disolvieran, o antes que ellos – cosa que no creo que pase – ya no fueran los mismos, y vinieran a Chile sólo para el revival de que alguna vez fueron grandes. Pero vinieron y quizás en uno de sus mejores momentos y presentando un disco del cual salí del Estadio Nacional totalmente enamorado.





Todo el concierto esperé que sonara “Paranoid Android”, era casi obvio que la tocarían, es quizás el mayor clásico de la banda. Mi espera no era porque pensaba que no la tocarían, sino porque sabía que la interpretación de ese tema sería la emoción colectiva más fuerte que se produciría en el concierto. No me equivoqué, porque a mi alrededor tipos que nunca había visto se emocionaban casi a las lágrimas cantando. Sobre todo en la parte final, donde las veinte mil y pico personas que había formaban un coro total. Me emocionaba la canción en sí, me emocionaba la sensación colectiva extraña que había, porque no era una efervescencia sino que una sensación que era la primera vez que la sentía. Los “rain down… rain down…” al unísono eran alucinantes, miraba la pantalla y Jonny Greenwood sin tocar, se quedaba en una pose de abandono, de desahucio, lo miraba y mi pecho se encogía: la sensación claro, era de congoja, pero de una especie de alegría. Eso era la extrañeza, pero una extrañeza que circuló en todo el concierto, porque uno se acostumbró a escuchar Radiohead en su soledad, es decir, si en una reunión de amigos te ponías un tema de Radiohead pasabas a ser el “aguafiestas”, Radiohead no es algo para escucharlo colectivamente, siempre lo pensé. Por eso mi expectativa con el concierto era enorme, y sobre todo con la interpretación de Paranoid Android.




¿Qué transmite Radiohead?, ¿Qué lo hace ser tan especial para mucha gente?, ¿por qué acá en Chile logró llevar 60 mil personas en dos shows? Radiohead es algo un poco indefinible. Está lo evidente, que es una banda de rock, pero es de esas bandas de rock que se tornan fenomenales, porque son en sí mismas en un fenómeno cultural. Pocas bandas de rock han sido fenómenos culturales, y las que lo han sido están en un podio. Radiohead acá en Chile agarró a cierta generación y le puso música a sus alegrías, a sus frustaciones, y sobre todo, a sus emociones. Thom Yorke no tenía para qué salir a decirlo, ni a arengar a nadie, simplemente cantó y tocó como el lo sabe hacer, y la banda completa transmitió eso indefinible que es su música. Es indefinible, porque Radiohead es una banda muy singular, ya que tiene una vibra que transmiten que es extrañísima, y que en el concierto uno la nota: estás eufórico pero a la vez hay una tristeza, una especial tristeza bella por decirlo de algún modo. Radiohead no es una banda alegre eso está claro, pero no son “depresivos” como muchas veces se les ha catalogado erróneamente. Lo que ellos transmiten es un malestar pero un malestar que no es burdo, no salen a gritártelo en la cara, sino que lo transforman en una belleza, que a su vez, tampoco es burda. Difícil ponerse a explicar qué transmite una banda como Radiohead, que es tan compleja, con tantas texturas, qué comprenden perfectamente que el rock es una cuestión contra-cultural, y que por eso mismo su postura no puede ser codificable, no puede ser algo que un periodista medio venga y lo traduzca. Acá en Chile en los noticieros centrales presentaron a Radiohead como una banda de “rock melodramático”, está muy claro que el querer clasificar la música de estos tipos es algo medio complicado, y que al clasificarlo forzosamente, suena ridículo.



El 26 de marzo del 2009 quedará como el día en que fui testigo de un evento. Evento en todo el sentido de la palabra. Sentía durante las 2 horas y media casi de show, que estaba ante algo histórico. Estaba parado viendo la presentación de la mejor banda de rock de la actualidad, y no sólo eso, sino que de los últimos 25 años, y quizás en el podio de las bandas más grandes de la historia de lo que llamamos y entendemos por rock. Pensaba que quizás haber visto a Pink Floyd el año 77 presentando Animals es comparable a lo que es Radiohead año 2009 presentando In Rainbows. Las comparaciones son por las calidades de los discos, los shows y las bandas. Si Pink Floyd existiera en el año 2009 claramente tendría un espectáculo al nivel de lo que hace Radiohead. Porque el show de Radiohead no es sólo la música, sino que toda la puesta en escena, las luces, la escenografía, las imágenes, son un fragmento más dentro de ese fragmento que se llama – por decirlo de alguna manera – la “obra Radiohead”. Herederos totales de Pink Floyd como decía, las pantallas que habían no era sólo para que el tipo de la última fila viera lo que estaba pasando en el escenario. Sino que eran un complemento más del espectáculo, y a mi modo de ver, quizás el más importante. Lo extraño es que muchos no veíamos realmente a los seis tipos tocando, sino que los veíamos por las pantallas, pero esas pantallas no “representaban” el show: lo fragmentaban. En cada canción habían tomas distintas, planos que en el tema anterior no habías visto. Las imágenes funcionan como la misma música de Radiohead: puros fragmentos, una forma extraña de articular el sonido, así también, una forma extraña de articular la imagen. Porque si bien, el “en vivo” era reproducido por las pantallas, ahí no veías “lo mismo” que pasaba en el escenario. Era otra cosa. Parecía a ratos que en las pantallas uno veía la representación de una película que se llamaba “el concierto de Radiohead”.


***

Momentos culmines: “You And Whose Army”, con la cámara en la cara de Yorke, su medio ojo mirando a nosotros como un panóptico, ironizando con el ascenso del Imperio 2001, con la tutela del Fuhrer Bush.



"Faust Arp", la toma que capturaba a Yorke y a Jonny Greenwood, esa toma más las perfectas notas interpretadas por ellos, creó un clima íntimo que es inexplicable, para la mucha gente reunida ahí. En estos dos ejemplos uno creía ver que los tipos estaban actuando, y de hecho, de cierta manera eso hacían.




Diría que todo In Rainbows fue lo más alto del show, más allá de los guiños al pasado con sendos clásicos, pero el show más que basarse en los clásicos tenía su piso en In Rainbows, era lo único que no cambiaban en los shows que se presentaron en todo el mundo. Los temas del disco sonaban perfectos, a ratos podías pensar que estabas ante un playback, ya que las canciones sonaban exactamente como suenan en los discos. Los cinco músicos en ese sentido son notables. De los temas del disco los mejores que sonaron a mi parecer fueron “All I Need”, “Videotape” y “Arpeggi”. Los demás también, pero para mi estos tres sobresalieron. Lograban algo especial, ya que las canciones al ser relativamente no eran coreadas como los temas de Ok Computer o Kid-A, pero producían un magnetismo y un respeto que yo nunca antes había visto en un concierto.



Creo que muchos – como venía diciendo - de ahí salimos enamorados del último disco de la banda. Porque por lo menos el show del 26 de marzo en Santiago fue de In Rainbows. Parecía que todos los temas estaban moldeados por el disco, era Radiohead 2009, no una banda que viene a mostrar su historial, o lo “grande que fueron alguna vez”. Cuando Radiohead hizo el disco que nadie se esperaba (Kid-A) se notó que las cosas para ellos no funcionan dentro del nostalgismo: la nostalgia surge cuando marcas una época como sobresaliente en desmedro de lo que vendrá, y hubiese sido fácil quedarse en el Ok Computer. Repetirlo hasta el cansancio, total, tienes al mundo a tus pies. Pero no, fue Kid A y un plegamiento hacia ellos mismos, no querer hacer el disco que el público quiere, sino que el disco que la banda quiere hacer. Un gesto del rock más puro, un gesto de banda clásica, y eso quizás es lo que hace a Radiohead una banda de tanto nivel, en tiempos en los cuales hay muy pocas de esas.



Set List.

1. 15 Step: era la obvia, esperaba que comenzaran con esta. La intro era una broma de mal gusto, no faltó la picardía del chileno que dijo: “tss volvieron los Kraftwerk!”
2. Airbag: cuando comenzó me surgió la primera emoción de la noche, la gente se comenzó a mover, me dejaba llevar y esperando para gritar la primera estrofa. Luego el “i am born again” fue un grito ensordecedor. Notable.
3. There There: una de las mejores canciones de Radiohead, de hecho me la esperaba de las segunda. Cuando vi que Ed’O Brien y J. Greenwood tomaban baquetas, supuse que era ella. Fue un momento alto del show, es que es un temazo.
4. All I Need: se transformó después del show en mi favorita de In Rainbow, pese a los problemas de sonido (que yo no alcancé a sentir) el tema sonó de la puta madre. C. Greenwood en el bajo me hipnotizo, le enfocaron su cara en todo el tema, y el tipo, impasible, su sobriedad es grandiosa. A mi parecer el se come la canción… bueno, cuando Yorke se sienta en el piano y el tema agarra ese in crescendo fue sublime.
5. Nude: luego del receso de casi 10 minutos, comenzó Nude, tema que en vivo agarra una onda hipnótica sin igual. Es decir, la mayoría de In Rainbows como venía diciendo tiene esa onda, pero Nude al igual que All I Need tienen mucho más esa fibra.
6. Weird Fishes/Arpeggi: el juego de guitarras es notable. La tensión que mantiene la canción me tenía con el pecho en la mano, aparte que J. Greenwood canción que pasaba me fascinaba más. Es un groso el tipo, un personaje lo posee, el tipo es el guitarrista de Radiohead, nada más que eso, no me lo imagino haciendo otra cosa. El tema se lo come él.
7. The Gloaming: cuando comenzó la canción en un momento (dentro de la locura, lo extasiado, la marihuana, lo contento, etc) la confundí con Reckoner… pero cuando capté que era The Gloaming fue una sorpresa total. Me sorprendió lo perfecto que les sale la canción, pese a su casi 100% de electrónica que hay. El paso de la iluminación verde al azul, le imprimió un color destellante a la canción. Un momento groso del show.
8. The National Anthem: uff quizás EL momento del show, en realidad es difícil decir cuál fue el momento más alto. Pero quizás es cuando el juego de luces, y todo el despliegue visual del show se manifestaba totalmente.
9. Faust Arp: ya me refería a ese momento culmine en lo visual a mi entender. No sé cómo dos guitarras acústicas y una voz lograban enmudecer a 30 mil personas.
10. Karma Police: las dos notas introductorias y el público se vino abajo. La performance en el piano de J. Greenwood notable.
11. Optimistic: Una de las que no me esperaba, me parece que en vivo adquiere otro peso que en la versión estudio no tiene. Las luces y el juego de colores, le imprimieron mucha más aridez a la canción.
12. Pyramid Song: cuando Yorke toca las primeras notas en el piano, todos viajamos. El tema fue un viaje, miraba de reojo a la pantalla y J. Greenwood disfrazado de Jimmy Page. La canción les salió perfecta y todos estábamos enmudecidos, para mi hasta ese momento era demasiado.
13. Reckoner: después de tres clásicos, volvieron a In Rainbows, con uno de los temas que desde las primeras escuchas al disco me gustó. No sé porqué a ratos creía que la voz de Yorke estaba doblada. El falsete le sale igual, es un groso vocalista.
14. Jigsaw Falling Into Place: el tema más rockero de In Rainbows, y si que es una bomba en vivo. El juego de las tres guitarras es sobresaliente, la polenta que agarra al final es indescriptible.
15. Idioteque: acá se cayeron todos. No había nadie que no bailara, el coro retumbaba… “deaf and lost are the children” eran gritados por todos, mientras Yorke bailaba y se movía poseídos por las máquinas. Fueron 5 minutos de frenesís, inolvidable.
16. Bodysnatchers: C. Greenwood levanta los brazos y comienza apludir, luego de Idioteque quedamos todos extasiados, pero el bajista nos arrima a seguir. Y suenan los acordes de Bodysnatchers… esto es rock del siglo XXI pensaba en ese momento.
17. How To Dissapear Completely: en Chile no hubo arenga con el público antes de la canción. Es más, gesto de la banda me parece de más, yo creo que le quisieron dar en el gusto a los argentinos, que tanto les gusta los discursos a las masas. Pero bueno, acá el tema tuvo el significado íntimo que por lo menos yo siempre le he visto, no por eso, el tema es a-político, sino que muy por el contrario.
18. House Of Cards: el primer bis, luego de la retirada de unos minutos. Tema que faltaba de In Rainbows, y que de cierta forma abrió nuevamente el show.
19. Just: digo que lo abrió de nuevo, porque no me esperaba este temazo. Quizás el más punk en la historia de Radiohead, y Yorke lo canta muy punk. Esperé más de The Bends, y tocaron el que menos esperé.
20. Videotape: luego del rockero Just, se vuelve al intimismo de In Rainbows con Videotape. La performance de Yorke en el piano era hermosa. Gran canción.
21. A Wolf At The Door: esta si que no me la esperaba. Una de mis favoritas de Radiohead, el tema que cierra Hail To The Thief de manera grandiosa. Me quedé sin garganta con el coro, y los “put me inside… put me inside… put me inside” me quedaron grabados hasta hoy día.
22. Paranoid Android: bueno, qué más decir sobre el tema, sólo que era el momento esperado por muchos. Luego de esta se retiraron del escenario nuevamente.
23. You And Whose Army: esta si que estaba fuera de los cálculos de todos. Pero fue a mi gusto lo que más me gustó del concierto. Primero la sorpresa, y luego, la risa colectiva, del churro que tiraron a Yorke, y este respondió “thank you”, provocando la risa de muchos que notamos ese gesto, Yorke se rió para luego meterse nuevamente en el personaje. La toma con la cara de Yorke era impactante: una de las letras más políticamente incorrectas de los de Oxford y Yorke con su medio ojo miraba y te decía: “come on, come on. Holy Roman Empire”… Atrás mío un tipo grita: “contra el Imperio conchetumadre”... Este, para mi fue el momento más político del concierto, quizás el tipo que grito y yo lo notamos, pero para mi es mucho más significativo que el discursillo de diplomacia de Ed’O Brien en Argentina.
24. 2+2=5: La esperaba, no podía irme sin escucharla. La tensión inicial era fenomenal, el “Because!” lo gritamos mucho y quedó la cagada. El momento más punks por llamarlo de algún modo en el concierto. Sabía que esto llegaba a su fin.
25. Everything In It’s Right Place: la electrónica más pura se vivió al fin del show, Ed’O Brien y J. Greenwood sentados con las máquinas, una imagen floydiana. Yo en ese momento recordaba que cuando escuché por primera vez Kid-A pensaba que Radiohead esos temas eran irreproducibles en vivo… me reía al pensar que lo estaba viendo totalmente en vivo, y que sí, se podían tocar. Con esta se fueron… y ya no quedaba nada.
26. Creep: se sabía que cuando sonara Creep era el final del show. Sonó y algo de risa nos dio a algunos cuando comenzó, pero había que cantarla. A fin de cuentas es el clásico de la banda… terminó y me fui feliz. Nunca antes me había sentido así, una felicidad de este tipo.





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